Sacha Inchi es originaria de la amazonía. Allí fué amiga de los apacibles humanos que compartieron durante miles de años la sombra, la lluvia y los susurros. Para ellos fue sanación y alimento.
En tiempos de peligro los héroes y heroínas dejan atrás las comodidades y la paz del hogar. Por los caminos viajan presurosos por enfrentar los retos, encontrar las amistades y prolongar los relatos. Así fué que Sacha Inchi salió de la amazonía. Dos cotiledones son sus maleticas de viaje y su embarcación es una estrella de madera. Como pasaporte universal lleva en su rostro la firma oficial del jaguar, que es documento legal de migración en todos los territorios donde se ama la vida.
Parando en cada lugar y cada persona, lleva el relato de su maravillosa tierra natal y un llamado urgente dirigido a todos los seres libres de la tierra: La selva arde, manos a la obra!
Distantes y cercanos territorios se han puesto en marcha y muchos más sumarán sus trabajos, sus palabras o sus miradas. La amazonía no está sola ante el peligro. En cordilleras nubadas, altiplanicies fértiles, playas doradas, palacios de coral, bosques helados, valles ardientes, páramos y tundras, las voces amigas ya están en marcha. Esta es una de esas voces. Aquí desde el macizo colombiano. ¡Desde el Cauca campesino!